Entonces…
Los primeros desafíos
son alucinantes.
Sobre todo cuando las
expectativas no tienen límites. Hay un impulso difícil de frenar, una mezcla de
sabores, de sensaciones, de adrenalina gustosa que por momentos preocupa.
Entonces te arriesgás…
Y entonces se abrió. La
primera Ventana Andina dejó el sabor más característico de Jujuy, ese sabor que
se descubre en la cultura de cada pueblo, en la mirada de sus quebradas, en el
sonido de cada río, en el abrazo del viento, en el corazón de su gente.
Los primeros desafíos
son alucinantes para quienes los hacen y para quienes los aplauden.
Este fue uno de los
que maravilló a cada figura del cine nacional, ya que los festivales tienen
esas informalidades que te permiten salir del guión e improvisar cuanto gustes (dependiendo
del director, claro).Y en este caso, eso estuvo contemplado.
El libreto del festival
tuvo anotaciones de color, destacados en mayúsculas, recuadros importantes y
signos de admiración en exceso.
Cada acto estuvo
pensado para mantener al público aprendiz atento a captar la experiencia
inagotable de los personajes, que generosamente brindaron en cada encuentro.
El marco de la ventana
dibujaba rostros indígenas, musulmanes, wichis, invunches, documentados con
distintiva fotografía. Historias, mitos, anécdotas, relatos y personajes
emblemáticos, sintieron la invasión de una luz proyectada en la sala de un
Shopping. Esa luz reflejaba sonrisas, miradas, emociones, lágrimas y el orgullo
de aquellos debutantes del cine, de los que desfilaron por Cannes y de quienes
fueron homenajeados en el acto final.
Los primeros desafíos
son alucinantes cuando se avecinan los siguientes, porque aquella ventana que
se abrió buscando el norte, encontró en cada punto cardinal una historia digna
de proyectar en Chile, Bolivia y Perú.
Entonces…
Esta ventana
permanecerá abierta para que te asomes, mires y descubras el próximo desafío
que tiene fecha asignada en Julio del 2015. Con la presencia de nuevos
cinéfilos de Ecuador y Venezuela.
Entonces… ¡preparate!