miércoles, 24 de julio de 2013

Peregrinando a Japón

Mariana Baraj pone primera y avanza hasta encontrar un lugarcito donde desensillar algunos de sus fieles servidores musicales que le dan color y sentido a su vida. Acompañada de su inseparable copiloto, que la ayuda a estacionar, realizan  una escala en Jujuy para presentar su último trabajo discográfico Sangre Buena que seguirá con destino a Japón.
El circuito quebradeño dibujado en su mapa contempla estaciones íntimas llenas de afecto, reencuentros y esa energía tan especial de los cerros que la cobijan cada vez que visita Tilcara.

Así, el pequeño altar decorado en Sirviñacu va reclutando a sus devotos para escuchar el primer canto, inspirado en la Virgen de Guadalupe.





¿Cómo surgió el nombre de este disco?
El nombre surge a raíz de un trabajo que hice para un programa de televisión, me convocaron y la consigna tenía que ver con siete palabras como ser: fe, hambre, origen.. y una serie de palabras de las cuales a mi me tocó justamente la palabra origen. El programa se llama  Polifonía donde diferentes artistas de distintas disciplinas exponen su mirada acerca de una  palabra, así surgió la canción Sangre Buena que tiene que ver con el origen.


¿Qué significó tener a dos invitados tan importantes como Fito Páez y el Chaqueño Palavecino?
Primero que los dos me hayan dicho que si, es algo que valoro mucho porque son dos grandes artista que admiro y son grandes referentes de la música. En el caso de Fito es la concreción de un gran sueño que tenía de chica y ha sido muy importante en mi formación musical y aparte me acompañó en esos momentos en los que parecieran no tener demasiado sentido en la vida de un adolescente y la música de Fito de alguna forma le dio sentido a mi vida y a esos momentos, asíque tengo un cariño muy especial por él.
El chaqueño me cambió la perspectiva de él, de escucharlo a tenerlo en vivo, es una potencia que no se puede creer.


Cuenta sus anécdotas de niña y entre ellas la de sus primeros ahorros; a los 11 años se compró el cassette de Fito Páez, aquel que rebobinaba con lapicera para escucharlo todo el día mientras se imaginaba cantando con él.  Hoy ese sueño lleva el nombre Buen Agüero, el noveno tema del disco.



Hablaste de la música como sanadora y transformadora, ¿qué transformó en vos la música?
A mi la música me lo dio todo y de alguna forma ha sido transformadora en muchas situaciones. Mi vida sin la música no se que sería realmente, creo que encontré a través de ella un canal de expresión muy importante que no podría despegarme.
La música en casa estuvo presente por mi papá Bernardo, nosotros en ese momento éramos tres hermanos y lo acompañamos siempre para todos lados, éramos como una especie de  familia medio nómadas, medio gitanos que íbamos con la música para todos lados asíque la música era todo en mi vida.





¿Qué instrumentos trajiste para esta presentación?
En este caso es bastante especial, vine a hacer un solo y me acompañan un set de percusión que esta compuesto por: un bombo legüero, es un sacha bombo que es más chiquito que el legüero y no tiene aro de madera y solamente tiene un solo parche arriba, hace muchísimos años que trabajo con la familia Paz de Santiago del Estero, también hay una tumbadora, una conga y también uso muchos accesorios; unos que uso en los pies que son unas tobilleras con semillas que suenan y en realidad estoy haciendo un popurrí de instrumentos que encuentro en los viajes como las tobilleras que las encontré en México cuando fui a tocar con Julieta Venegas. También uso una canastita que se llama caxixi que se utiliza mucho en Brasil y son propias de la gente que toca el birimbao y además utilizo un pedal que es un loop, una especie de cajita que va grabando ideas que después se repiten y sobre eso trabajo otras ideas que se pueden trabajar en el momento o traerlas ya grabadas.



El repertorio es amplio y versa entre coplas, vidalas, zamba y canto en quechua aymara. Mariana nunca se rinde de invitar a bailar y siempre pierde, es que quienes copan Sirviñacu no quieren perderse detalle de su escena; la manera suave con la que se dirige al público, la expresividad de su rostro, su imponente físico, el dominio de los instrumentos que parecen ser una prolongación de sus extremidades y la potencia de una voz sin límite de registro.
Hace otra pausa y recuerda con cariño y admiración  a quienes acompañan su nuevo proyecto; el diseñador Martín Churba con su característico diseño sobre la imagen de Baraj, que potencia su estilo personal y la clara mirada del artista Pato Rivero a quien reconoce tan maravillosa persona como lo es en su profesión de fotógrafo. Ambos con ojo clínico, logran completar el lenguaje que comunica la madre de las artes y que trasciende todo tipo de fronteras.      



¿Qué cambio en tu vida musical vivir en la provincia de Salta?
Fue un cambio radical absolutamente y muy beneficioso, sobre todo para mi cabeza y mi corazón. Lo que me esta dando esta nueva vida es estar más cerca de la música que yo más amo y la que más me moviliza que es el género de música con caja y lo que más rescato es por un lado la salud mental y por otro, el hecho de poder interactuar con gente que nació con estos cantos tan ancestrales y seguir conociendo en carne propia lo que es el folclore. Al haber nacido en Buenos Aires hay un montón de cosas que las conocía de lejos y ahora tengo la posibilidad de poder vivenciarlas, es algo muy fuerte para mí.






¿Qué significa para vos la copla?
Es un género que me atrapó desde muy chica, la primer copla fue en una clase de canto grupal donde la profesora nos hizo trabajar con una recopilación de Leda Valladares y ahí dije: “yo quiero hacer esto, esto es lo que a mi me gusta”, porque fue como poder pasarlo por el cuerpo y fue muy fuerte lo que me paso y a partir de ese momento empecé a interesarme por el género, a buscar material y conseguir recopilaciones no solo de Leda sino de otra gente y después de los año tuve la posibilidad de venir para el norte. Pero los primeros discos con los que me encontré  y me marcaron mucho fueron Grito en el cielo y Uno y Dos ya que lograron de alguna forma juntar a copleros con la gente del Rock como Gustavo Cerati, Pedro Aznar, Fito Páez, Fabiana Cantilo y es para mi, material de fuente de trabajo a la que vuelvo y no dejo de sorprenderme.


¿Qué música escuchas en tu tiempo libre?
Estoy escuchando a Robi Draco Rosa ,un músico que me gusta mucho desde que tenía su primer grupo los Menudo, el Chaqueño suena mucho en casa, Orozco Barrientos siempre lo escucho y mucho folclore salteño como Los de Salta y descubriendo muchos músicos que no conocía. Pero no hay una línea porque después salto de Marco Antonio Solis a The Kooks, The  Strokes, Coroico y sin escala; yo escucho mucha música porque creo que es muy importante para mí, para formarme y para todos los músicos es importante para seguir formándose. Cuando escucho que por ahí los músicos dicen que no escuchan música o que no van a escuchar música en vivo no lo puedo entender porque para mi es vital; siempre estoy en casa con los auriculares escuchando y aprendiendo y cada vez que tengo un tiempo libre voy a ver a mis colegas  para aprender y seguir incorporando cosas e inspirarme también, eso es lo que pasa cuando uno escucha música, encuentra la inspiración.


“La música es sanadora y transformadora, no soy partidaria de la gente que no se anima a cantar ni siquiera en la ducha, todos pueden cantar porque la música transforma y cura”.






Sos consciente que podes hacer lo que quieras con la potencia de tu voz, ¿que te sucede cuando te escuchas?
Trabaje mucho la voz, estudie canto desde chica y a los 15 años tomé clases de canto con  profesores, mi primera maestra fue Liliana Vitale y a partir de ahí pase por todo tipo de maestros relacionados con la música popular y la música clásica y canto lírico; de todos aprendí algo pero si creo que la técnica del canto lírico me dio una plataforma y me hizo crecer mucho y todo el tiempo estoy estudiando, creo que no hay un límite con la voz cuando se trabaja, es un ejercicio que uno hace y puede seguir ampliando el registro y además experimentando las diferentes posibilidades que te da la voz, no es solo cantar afinado y llegar a tal nota porque en ello radica el encanto de poder encontrarse uno con su voz, yo siempre estoy en esa búsqueda.

Privilegiada y agradecida de tal celebración eleva su canto al cielo, un pedido de luz y protección a los ancestros y homejeando a Luzmila Carpio nos bendice con su última oración.     


Nuevamente, las canciones de Mariana Baraj sonarán en Japón; el próximo 28 de Julio se estará presentando para editar, por segunda vez, un trabajo que recorre un camino diferente pero fiel a su impronta. La continua búsqueda y la fuerza entrañable de  esta percusionista, permiten transformar cualquier elemento que rocen sus manos, en el más emotivo y bello sonido que un alma pueda escuchar.
Que la Guada te acompañe.