Con el tiempo entendí que cada persona da lo que puede y recibe lo que desea. Que los encuentros
son tan útiles como los desencuentros. Que los momentos son de todos
colores y cada color tiene su encanto, incluso el negro. Y con el tiempo
aprendí del gris.
Supe que solo los que tienen pasión por lo
que hacen sienten el éxito. Que cada oportunidad es un aprendizaje y perderse sirve para eso. Que es
blanco o negro solo en los dameros o en
la moda, que suele ser la mejor opción. Que las estructuras tarde o temprano se
caen. Que estamos más cerca de lo que creemos y lo que nos une es aquello que
nos diferencia.
Que venimos solos y solo nos vamos, pero de a dos todo es más
fácil.
Que para el diez hay que atravesar nueve. Que
todo es más simple de lo que creemos y sin amor no tenemos nada. Que existe lo
inevitable y la vida no es justa para nadie.
Todo es finito y hacer equilibrio es parte del ejercicio.
Todo es finito y hacer equilibrio es parte del ejercicio.
Por eso...
De a ratos voy a perderme por ahí y dejar que el viento me anuda el pelo, la lluvia me corra, el agua me impulse, los azares me perfumen y el sol refleje mi sombra. Voy a dejar que la música me inspire, alivie y eleve. Emocionada, llorando, riendo y dando mil suspiros.
De a ratos voy a perderme por ahí y dejar que el viento me anuda el pelo, la lluvia me corra, el agua me impulse, los azares me perfumen y el sol refleje mi sombra. Voy a dejar que la música me inspire, alivie y eleve. Emocionada, llorando, riendo y dando mil suspiros.
Hasta el último instante.