miércoles, 12 de noviembre de 2014

Memo Vilte













 Allí donde la exuberancia natural se impone, donde el merecido Patrimonio resalta sus colores y  el sol pega con dureza sobre los Colorados, allí nació don Bebo Vilte. Un defensor de la cultura quebradeña quien junto al amor de María Ester Hernández  enseñó desde muy niño a Memo Vilte el amor por su pueblo y su gente. Que a nadie se le ocurra pisar el suelo de Chalala con la intención de dañarla, se las tendrá que ver con este corpulento hombre de familia tradicional que lucha por conservar las tradiciones de la comunidad aborigen. Y de eso también aprendió Memo;   de eso también se jacta Memo.
  La copa de aproximadamente 30 metros de diámetro, que en sombra cubre la calle Belgrano, pertenece al histórico algarrobo testigo de la campaña del General Manuel Belgrano al mando del Ejército del Norte, a principios del Siglo XIX. Es el refugio de los visitantes de Purmamarca para admirar la Iglesia de Santa Rosa de Lima. Detrás de ésta, camino a los Colorados y antes de invadir las almitas norteñas, aparece la Hostería Bebo Vilte. Allí pasó su infancia Memo, rodeado de amigos, hermanos y pueblerinos.
  Los dueños dedican su máxima atención en quienes optan por empujar la puerta de reja, que protege al sauce de la entrada, y preguntar por alguna habitación. La respuesta termina siendo una conversación no planificada por los turistas pero la más útil. ¿Qué mejor presentador que un lugareño nato? Entre recomendaciones, anécdotas y correcciones sobre datos, la charla se convierte casi en una clase de historia.
  Sus primeras melodías fueron coplas populares. Recuerda con alegría como su padre lo levantaba en andas mientras cantaba en las ruedas de copleros para el tiempo del carnaval. El amor por la tierra se volvió canto en la escuela secundaria y junto a un grupo de compañeros, participó de diversos festivales en el interior del país. Pero nunca imaginó ganar el Primer Concurso Provincial de Canto a los 16 años. Así adquiría el pase a la noche más grande del Festival de Folclore de Argentina: Cosquín.

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  Memo recorre cada rincón de la provincia en su camioneta, en ella se encuentran sus elementos más preciados: bombo, guitarra y poncho. De una de las puertas cuelga su traje de gaucho. El asiento está sembrado de juguetes, carpetas, notas escritas, canciones inconclusas, dibujos, mochila y todo lo que pueda cargar una niña de 5 años. Victoria, su hija.
 -Un día estaba en Salta y me volví a Jujuy solo para llevar a Victoria al colegio, darle un beso y volver.
  El enorme físico que baja de la 4x4 dirigiéndose al  próximo escenario natural lleva colgada en su espalda una bandera de Argentina anudada a la funda de su guitarra, un sombrero de gaucho, alpargatas y anteojos Ray ban.
  Una línea zigzagueante se dibuja en el imaginario mapa de Memo. Porque sus sueños vuelan alto y se animan a desafiar la realidad. Pretende recorrer todo el país llevando su disco “Gestos de Amor” y compartir con instituciones (afines al desarrollo y estimulación de niños con alguna discapacidad) su canto al amor. Así desde Purmamarca se irá a Roma.  Pero antes pasando por Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, Santa fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Aunque falte  algunos meses para que el mapa siga dibujando sonrisas en cada puesto de encuentro, desearía  clavar su bandera en Ushuaia.
  ¡Hacer ruido! Eso es lo que quiere. Despertar a la gente. Que todos se sumen con un gesto a este proyecto que tiene comprometida su carrera musical. Pero antes también había corrido otra carrera, la de leyes. Estudió abogacía en la Universidad Nacional de Tucumán. Entre Teorías, Contratos y Derechos matizaba sus desvelos de estudiante con algunas guitarreadas improvisadas que lo llevaron a ganar el 2º Festival Universitario de la canción.
  “El Jujeño”, así lo llamaban y en ese disco homónimo aparecieron sus nuevas versiones de temas clásicos como, Antiguo Dueño de las Flechas de autoría de  Ariel Ramírez, con la participación especial del hermano tehuelche; Rubén Patagonia, en un homenaje a las comunidades aborígenes de América; “La Chacarera del Rancho” de los Hermanos Ábalos; “Luna Cautiva” del Chango Rodríguez; “Zamba por vos” de Alfredo Zitarrosa; “selección de carnavalitos y bailecitos”, a la vez interpreta temas de su autoría como una bella zamba-canción en homenaje a las bailarinas de nuestra música popular titulada “Hechizo de Amor”, tema elegido para presentar su primer video clip;  “Mi Dulce Veneno”, en ritmo de huaino, con el cual realizó un segundo video clip mostrando Jujuy en carnaval;  “Ritual por un nuevo Tiempo”, una chacarera dedicada al bailarín santiagueño, Juan Saavedra.
  Durante el año 2010 y 2011, además de actuar en Festivales del País con su show tradicional, recorrió diversos escenarios como solista en la obra cumbre de Ariel Ramírez “La misa criolla” coronando la presentación de la obra mencionada  en la Basílica de Lujan, el día 8 de Diciembre de 2011 ante una multitud de fieles.
  En el mes de febrero de 2012 en su pueblo de Purmamaca, organizó el "Carnaval a caballo",  en el que participaron copleros de Jujuy. Pretendiendo resguardar las costumbres y tradiciones de la Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad, es que plasmó parte de la cultura milenaria de Jujuy en un documental  “Carnaval a Caballo de Memo Vilte” que muestra los ritos y costumbres del carnaval norteño.
   En el año del Bicentenario del “Éxodo jujeño” escribió el  “Himno a Jujuy”, tema que se enseña en algunas escuelas de su Provincia natal y es un homenaje a los héroes que lucharon por  la independencia argentina.
   Durante el año 2012, actuó en establecimientos educativos de Argentina, llevando adelante un proyecto  que denominó “Una historia cantada”, donde por medio de canciones alusivas enseñó la historia del norte argentino.

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  El primer disco de música inclusiva pensado para personas con discapacidad nace de una parábola que escuchó Memo en la celebración de la misa de Santa Rosa de Lima en Chalala. Esa parábola fue el impulso que necesitaba su vida de cantor para ofrendarle el don de la música a Dios. Con el tema “Gestos de Amor” Memo se pone en la piel de cada joven hipoacúsico como si estuviera haciendo señas. Los tres años de convivencia  con la Escuela especial Hellen Keller de Jujuy compartiendo escenarios con la “Misa Criolla”, lo inspiraron en el himno que lleva ese nombre.

Hay muchas formas de cantar.
Hay muchas formas de soñar.
Hoy tengo sueños de jilguero,
tengo sueños de gorrión.
Abro mis alas de cantor y al cielo voy con mi ilusión,
mi voz al viento en mil caricias llevarán esta canción
en un gesto de amor.

Si abres tu corazón veras mi mundo azul
donde callan las palabras, donde nace la luz,
si abres tu corazón, mi alma escucharás
cantar desde el silencio del amor.


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  Las cabezas de los artistas son indescifrables y la de él es un claro ejemplo. Aunque intentes adivinar o anticiparte es casi imposible saber qué pasa por su cabeza porque es como un árbol lleno de ramificaciones de las que cuelgan una diversidad de ideas y algunas más disparatadas que otras.       Nunca sabrás en qué momento optará por alguna. Como aquella que contó una vez: hacer un éxodo a caballo hacia Córdoba para mostrar en el “Festival de Jesús María” cómo es el Carnaval a Caballo.
  Su realidad lo obliga a autogestionar cada presentación o idea original que quiera concretar. Y como es fiel a sus decisiones y perseverante en ideales lleva en su frente el lema tatuado “sí se puede”. Su agenda guarda los números de personas más insólitas, de cada lugar que visita deja una relación de amistad que aparece cuando la invitación a sumarse con alguna colaboración tiene su efecto.

***

-¿Realmente creés que un gesto de amor puede cambiar el mundo?
-Yo creo que sí, son los gestos los que cambian al mundo pero para eso tenemos que cambiar nosotros y muchas veces queremos cambiar nuestra realidad pero no queremos cambiar nosotros porque los cambios son difíciles y a veces hay que tomar decisiones drásticas y tomar decisiones que no van con el sistema. Entonces te llaman “loco”. Pero hay que levantar una bandera y cuando la levantás te das cuenta de que hay muchos “locos” que empiezan a salir. Estaba de gira por Europa y hablaba de eso con gente de ahí y escribí un tema que se llama “Milonga de un loco suelto”:

Para cambiar el mundo hace falta de locuras,
de esa locura tuya, de esa locura mía
de esa locura nuestra de coraje y de pasión.
Para cambiar el mundo hacen falta locos lindos
que bailen bajo la lluvia, que canten con el rocío,
que agiten su locura manifestando su amor.


-Hay que estar loco.
-Y sí… un poquito de locura donde juegue el corazón.