sábado, 23 de agosto de 2014

Estrategas, espías, triunfadoras

Nada fue a adrede.
Nada fue hecho al azar.
Hubo negación, rebeldía e incumplimiento de órdenes.
La única opción que tenía, resultó ser la mejor decisión. Diseñar un plan estratégico.
Y así fue.

   No hay dudas de que la mayor gesta heroica que tuvo nuestro país fue el Éxodo y nos pertenece. Cada 23 de agosto, Jujuy aparenta ser  la capital nacional. Presumimos de eso, nos encanta. Pero ¿cuánto sabemos?
   Dejar tierra arrasada al enemigo fue una estrategia militar muy bien pensada por Belgrano.  Significó para la época y el contexto histórico, prender fuego a la identidad de un pueblo, renunciar a su cultura, su historia, dejar  la vida misma en busca de otra vida. Debió ser el mayor sufrimiento de desarraigo que alguien pueda sufrir.
   No fue fácil para los que se fueron ni para quienes se quedaron. ¿Qué minoría habría tomado tremenda decisión de quedarse y con qué motivo? Eran 600 originarios huyendo de un frente letal armado con 3500 hombres decididos a matar o morir.
 Entonces… ¿De qué valía quedarse? Eso  también era parte del plan ¿No te lo contaron?      Las mujeres, a quienes los manuales parecen olvidar, tuvieron un papel principal que la ficción tampoco lo cuenta.
 Aquellas, con el fuego del dolor, el sufrimiento, la desolación y separación, fueron la clave de la estrategia. Debían ser cautas y  permanecer en disimulo, actuar de espías para robar información.  Mujeres sin educación, esclavas,  sin conocimiento de lecto escritura unidas a las damas de la alta sociedad por un sentimiento. Ese que sale de sus vísceras cuando debe defender, todas eran guerreras, luchadoras, capaces de entregarlo todo.
  Aquella mujer que supo acompañar acciones de guerra, la que no se rindió fácilmente y supo encontrar en la adversidad una oportunidad. Como una analfabeta que debió idear la manera de contar los soldados que veía en los cuarteles, ofreciendo empanadas y pastelitos mientras depositaba maíces en su bolsillo. La china, Doña Petrona Arias, una mujer de a caballo responsable de llevar la correspondencia secreta. Doña Martina de  Gurruchaga quien formó su propia tropa con sus hijos y peones de estancias, uniformándolos con ponchos azules. Doña Toribia, la linda, la que desplegaba sus dotes para coquetear con los jefes a cambio de información y muchas otras… Doña Celedonia, Doña Andrea Cenarruza , Pacheco de Melo, Sanchez Loreto, Magdalena Güemes, Doña Juana Torino, tuvieron que soportar torturas. Como  el entierro de cemento que sufrió Juanita Moro,  tapiada en su propia casa para que muera, siendo sus vecinos quienes se apiadaron derribando una pared para poder alimentarla, salvarla y seguir luchando. Juana Azurduy, nombrada Teniente Coronel del Ejército por Belgrano.
  ¿Dónde están estas mujeres? ¿En la memoria de qué textos descansan? Las crónicas de guerra escritas por Pezuela, relatan el segundo éxodo de Jujuy un 4 de Junio de 1814. Tan fuerte era la presencia femenina que debió encerrar a las mujeres en Huacalera.
  Otras permanecen en el anonimato, como una generala negra que por su color de piel no figura en las nóminas oficiales. Las lavanderas que enterraban la correspondencia con información en algún árbol a orillas del río, que los patriotas recogían de noche.
  La figura de las mujeres decididas a portar armas, a dar batalla sin importar diferencias sociales ni raza, todas unidas para hacer patria en tierra arrasada.

  Todas merecen un lugar en nuestra historia.

domingo, 17 de agosto de 2014

“Seamos libres, lo demás no importa nada”












¿Qué sucedería si después de 164 años, San Martín vuelve?

Probablemente su caballo no sería blanco ni su camino tan victorioso. Se lo vería cabalgar por las calles que presumen su nombre, quedaría pasmado de encontrar tantas  figuras esbeltas y triunfantes que son el refugio de los más necesitados. Y se sentiría solo, muy solo, porque en honor a su exagerado esfuerzo su patria debe descansar.

Un histórico hombre desolado y agobiado de tanto batallar, preocupado e intolerante ante la realidad que lo aturde como aquellos ruidos de cañón. San Martín vuelve solamente para encontrarse con su patria, que posiblemente no es la que anhelaría ver.
Bajaría de su caballo para presenciar algún acto escolar, que seguramente lo dejaría sin aliento mientras intenta entrar en escena para aclarar algunos sucesos y corregir contradicciones históricas.
¿Qué sucede con nuestra historia? ¿Cómo nos la cuentan? ¿Qué tanto sabemos acerca de nuestros próceres?

Estas preguntas se hicieron los hermanos Maxi y Juan Manuel Arana, el pasado bicentenario, a partir de allí elaboraron un trabajo de investigación y revisión histórica que les llevó dos años y medio para idear una espectacular parodia.
Un acto escolar que asombra.
 
¿Qué sucede a partir de esto?
Todo lo que imagines, incomodidad, dudas y hasta vergüenza. Una maravillosa oportunidad para reflexionar.

En una propuesta contemporánea acerca del gran batallador, San Martín vuelve recorre salas de teatros y patios de escuelas. La maestra, el alumno, la guitarra y la poesía, el acto escolar, la directora, los padres y el cartonero. Todos se ríen, todos se sienten incómodos, todos tienen vergüenza.

Pero todos se van pensando…



miércoles, 6 de agosto de 2014

#Nieto1


-¿Me esperás un rato por allá? Mamá tiene que hablar con esa chica, vos podes jugar un rato.
-Bueno.
-Intento preservarla, es muy chica todavía y ya tuvo demasiado -me cuenta-. ¿Y cómo haces?, le pregunto.
- Le explico de a poco lo que puedo y si es que pregunta. Pero no quiero que esté muy metida en  detalles porque es chica y ella tiene que jugar  y divertirse. Ya llegará su momento,  aunque me acompaña a casi todas mis actividades. ¡Claro! ¿Cómo no hacerlo?, pienso yo.

Los dedos de Tatiana se trenzan fuertemente con otros cinco, mucho más pequeños, como el nudo de las amarras casi imposible de zafar. A primera vista su rostro es serio, sufrido, con ojos de dolor. Da la impresión que nunca más sonreirá.
Sus manos se zafan de la amarra y se posan suavemente sobre mis brazos con un gesto de simpatía y la leve curva en forma de “u” que se dibuja bajo su nariz, rompen con mis nervios.
La oscuridad del tema y su conmovedora historia me secan la garganta. Quizá porque veo aquella niña de 6 años abandonada en la plaza de Villa Ballester (Gran Buenos Aires) junto a una beba de 1 año. Y veo en sus manos, las manos de Mirta (su madre biológica).
Encontrar un destello de luz, sobre las marcas de un terrorismo de Estado genera un contraste casi imposible. Pero Tatiana Sifilgoy, con su libro “En memoria de sus sueños”, pretende rescatar los relatos más optimistas, felices y llenos de amor de sus doce compañeros que a pesar de todo, intentan ser felices.
 Ahí, aparece la luz.
¿Qué hay de Mirta Graciela Britos y Oscar Ruarte Pérez en la vida de Tatiana? Mucho más de lo que le pudieron contar y mucho más de lo que pretendieron borrar.
A los 18 años se fue descubriendo en un mundo artístico que le permitió redescubrir cosas de la historia que eran propias y que nadie se las pudo quitar. Eligió la actuación, la pintura y la proyección de un Centro Cultural en Caballito. A pesar de haber sido adoptada de buena fe, por el matrimonio Sifilgoy, la vida dirigió su mirada a un sendero marcado por las huellas de Oscar y Mirta. Ella sin saberlo.

Con el tiempo, Tatiana descubre que sus padres se conocieron haciendo teatro y que su mamá tenía un Centro Cultural en Villa Libertador (Córdoba).
¿Y cómo es eso?
Hay cuestiones que solo responden a una consanguineidad inviolable y que despiertan sentimientos únicos. 
Hoy Tatiana puede sonreír, porque sabe que lo que se hereda no se hurta.



viernes, 1 de agosto de 2014

Momento de celebrar









Se oye un canto dulce, bello y soberbio. Un canto glorioso y triunfante. Se oyen los pasos que arrastran la fe y dibujan la gloria que se eleva al cielo.
Es momento de celebrar.
Se ven brazos que acarician, rostros coronados, colores que enceguecen, banderas en alto y animales en lucha. Un pie moreno suspendido al aire… pasos que flotan y un canto. El pin pin.
Este canto lleva consigo el valor más preciado que el ser humano haya recibido, la palabra. Aquella que suena como piedra que arrastra el río, dejando raíces en la orilla que en "Celebración" cobran vida.
Se ve una cultura orgullosa y humilde. Una tradición negada al olvido, su homenaje y un agradecimiento.
Es momento de celebrar.