Mariana Baraj pone primera y avanza hasta encontrar
un lugarcito donde desensillar algunos de sus fieles servidores musicales que
le dan color y sentido a su vida. Acompañada de su inseparable copiloto, que la ayuda
a estacionar, realizan una escala en Jujuy
para presentar su último trabajo discográfico Sangre Buena que
seguirá con destino a Japón.
El circuito quebradeño dibujado en su mapa contempla estaciones íntimas llenas
de afecto, reencuentros y esa energía tan especial de los cerros que la cobijan
cada vez que visita Tilcara.
Así, el pequeño altar
decorado en Sirviñacu va reclutando a sus devotos para escuchar el primer canto,
inspirado en la Virgen de Guadalupe.
¿Cómo surgió el nombre de este disco?
El nombre surge a raíz de un trabajo que hice
para un programa de televisión, me convocaron y la consigna tenía que ver con
siete palabras como ser: fe, hambre, origen.. y una serie de palabras de las
cuales a mi me tocó justamente la palabra origen. El programa se llama
Polifonía donde diferentes artistas de distintas disciplinas exponen su
mirada acerca de una palabra, así surgió la canción Sangre Buena
que tiene que ver con el origen.
¿Qué significó tener a dos invitados
tan importantes como Fito Páez y el Chaqueño Palavecino?
Primero que los dos me hayan dicho que si, es
algo que valoro mucho porque son dos grandes artista que admiro y son
grandes referentes de la música. En el caso de Fito es la concreción de un gran
sueño que tenía de chica y ha sido muy importante en mi formación musical y
aparte me acompañó en esos momentos en los que parecieran no tener demasiado
sentido en la vida de un adolescente y la música de Fito de alguna forma le dio
sentido a mi vida y a esos momentos, asíque tengo un cariño muy especial por
él.
El chaqueño me cambió la perspectiva de él, de
escucharlo a tenerlo en vivo, es una potencia que no se puede creer.
Cuenta sus anécdotas de niña y entre ellas la de sus primeros ahorros; a los 11 años se compró el cassette de Fito Páez, aquel que rebobinaba con lapicera para escucharlo todo el día mientras se imaginaba cantando con él. Hoy ese sueño lleva el nombre Buen Agüero, el noveno tema del disco.
Hablaste de la música como sanadora y
transformadora, ¿qué transformó en vos la música?
A mi la música me lo dio todo y de alguna forma
ha sido transformadora en muchas situaciones. Mi vida sin la música no se que
sería realmente, creo que encontré a través de ella un canal de expresión muy
importante que no podría despegarme.
La música en casa estuvo presente por mi papá
Bernardo, nosotros en ese momento éramos tres hermanos y lo acompañamos siempre
para todos lados, éramos como una especie de familia medio nómadas, medio
gitanos que íbamos con la música para todos lados asíque la música era todo en
mi vida.
¿Qué instrumentos trajiste para esta
presentación?
En este caso es bastante especial, vine a hacer
un solo y me acompañan un set de percusión que
esta compuesto por: un bombo legüero, es un sacha bombo que es más chiquito que
el legüero y no tiene aro de madera y solamente tiene un solo parche arriba,
hace muchísimos años que trabajo con la familia Paz de Santiago del Estero,
también hay una tumbadora, una conga y también uso muchos accesorios; unos que
uso en los pies que son unas tobilleras con semillas que suenan y en realidad
estoy haciendo un popurrí de instrumentos que encuentro en los viajes como las
tobilleras que las encontré en México cuando fui a tocar con Julieta Venegas. También
uso una canastita que se llama caxixi que se utiliza mucho en Brasil y son
propias de la gente que toca el birimbao y además utilizo un pedal que es un
loop, una especie de cajita que va grabando ideas que después se repiten y
sobre eso trabajo otras ideas que se pueden trabajar en el momento o traerlas
ya grabadas.
El repertorio es amplio y versa entre coplas,
vidalas, zamba y canto en quechua aymara. Mariana nunca se rinde de invitar a
bailar y siempre pierde, es que quienes copan Sirviñacu no quieren perderse
detalle de su escena; la manera suave con la que se dirige al público, la
expresividad de su rostro, su imponente físico, el dominio de los
instrumentos que parecen ser una prolongación de sus extremidades y la potencia
de una voz sin límite de registro.
Hace otra pausa y recuerda con cariño y
admiración a quienes acompañan su nuevo proyecto; el diseñador Martín
Churba con su característico diseño sobre la imagen de Baraj, que potencia su
estilo personal y la clara mirada del artista Pato Rivero a quien reconoce tan
maravillosa persona como lo es en su profesión de fotógrafo. Ambos con ojo
clínico, logran completar el lenguaje que comunica la madre de las artes y que
trasciende todo tipo de fronteras.
¿Qué cambio en tu vida musical vivir en la
provincia de Salta?
Fue un cambio radical absolutamente y
muy beneficioso, sobre todo para mi cabeza y mi corazón. Lo que me esta dando
esta nueva vida es estar más cerca de la música que yo más amo y la que más me
moviliza que es el género de música con caja y lo que más rescato es por un
lado la salud mental y por otro, el hecho de poder interactuar con gente que
nació con estos cantos tan ancestrales y seguir conociendo en carne propia lo
que es el folclore. Al haber nacido en Buenos Aires hay un montón de cosas que
las conocía de lejos y ahora tengo la posibilidad de poder vivenciarlas, es
algo muy fuerte para mí.
¿Qué significa para vos la copla?
Es un género que me atrapó desde muy chica, la
primer copla fue en una clase de canto grupal donde la profesora nos hizo
trabajar con una recopilación de Leda Valladares y ahí dije: “yo quiero hacer
esto, esto es lo que a mi me gusta”, porque fue como poder pasarlo por el
cuerpo y fue muy fuerte lo que me paso y a partir de ese momento empecé a
interesarme por el género, a buscar material y conseguir recopilaciones no solo
de Leda sino de otra gente y después de los año tuve la posibilidad de venir
para el norte. Pero los primeros discos con los que me encontré y me
marcaron mucho fueron Grito en el cielo y Uno y Dos ya que lograron de alguna
forma juntar a copleros con la gente del Rock como Gustavo Cerati, Pedro Aznar,
Fito Páez, Fabiana Cantilo y es para mi, material de fuente de trabajo a la que
vuelvo y no dejo de sorprenderme.
¿Qué música escuchas en tu tiempo libre?
Estoy escuchando a Robi Draco Rosa ,un músico
que me gusta mucho desde que tenía su primer grupo los Menudo, el Chaqueño
suena mucho en casa, Orozco Barrientos siempre lo escucho y mucho folclore
salteño como Los de Salta y descubriendo muchos músicos que no conocía. Pero no
hay una línea porque después salto de Marco Antonio Solis a The Kooks, The
Strokes, Coroico y sin escala; yo escucho mucha música porque creo que es
muy importante para mí, para formarme y para todos los músicos es importante
para seguir formándose. Cuando escucho que por ahí los músicos dicen que no
escuchan música o que no van a escuchar música en vivo no lo puedo entender
porque para mi es vital; siempre estoy en casa con los auriculares escuchando y
aprendiendo y cada vez que tengo un tiempo libre voy a ver a mis colegas
para aprender y seguir incorporando cosas e inspirarme también, eso es lo
que pasa cuando uno escucha música, encuentra la inspiración.
“La música es sanadora y transformadora, no soy
partidaria de la gente que no se anima a cantar ni siquiera en la ducha, todos
pueden cantar porque la música transforma y cura”.
Sos consciente que podes hacer lo que quieras
con la potencia de tu voz, ¿que te sucede cuando te escuchas?
Trabaje mucho la voz, estudie canto desde chica
y a los 15 años tomé clases de canto con profesores, mi primera maestra
fue Liliana Vitale y a partir de ahí pase por todo tipo de maestros
relacionados con la música popular y la música clásica y canto lírico; de
todos aprendí algo pero si creo que la técnica del canto lírico me dio una
plataforma y me hizo crecer mucho y todo el tiempo estoy estudiando, creo que
no hay un límite con la voz cuando se trabaja, es un ejercicio que uno hace y
puede seguir ampliando el registro y además experimentando las diferentes
posibilidades que te da la voz, no es solo cantar afinado y llegar a tal nota
porque en ello radica el encanto de poder encontrarse uno con su voz, yo
siempre estoy en esa búsqueda.